Prácticamente a la vez que se vendió a Argentina el material español, también se vendió un importante lote de material, de vía ancha y métrica, de los ferrocarriles portugueses.
La suerte del material portugués en Argentina ha sido desigual, de manera semejante a lo ocurrido con el material español, aunque el porcentaje de material utilizado quizá haya sido algo mayor.
En parte, debido a que los coches de viajeros vendidos no tenían aire acondicionado, por lo que no se necesitaba que las locomotoras dispusiesen de una línea de tren de alimentación.
Este artículo, el cuarto de la serie, se encuentra contenido en CARRIL 80. Los anteriores se han publicado en CARRIL 77, 78 y 79.