100 AÑOS DE FUNICULARES EN BILBAO

La orografía de la villa de Bilbao ha limitado históricamente su desarrollo urbanístico y las comunicaciones con los barrios más altos. Todo empezó en 1915, cuando el Funicular posibilitó a los bilbaínos el acceso al monte Artxanda, verdadero pulmón y mirador del “Botxo”. Durante estos 100 años, mientras el “funi” subía y bajaba, en las calles de Bilbao desaparecieron los tranvías, se implantaron y se desmantelaron los trolebuses y se generalizaron los autobuses y los microbuses. Hace 20 años se inauguró un eficiente ferrocarril metropolitano subterráneo que continúa expandiéndose. También ha reaparecido el tranvía.
Por iniciativa municipal desde 1987, fecha en la que se hacen cargo de los ascensores de La Salve, se ha construido un extenso sistema de instalaciones mecánicas para salvar desniveles y facilitar el acceso a los barrios, incluyendo ascensores verticales, escaleras y rampas mecánicas y, por supuesto, los ascensores inclinados descritos en este artículo que, en realidad, son funiculares automatizados que funcionan a demanda de los usuarios. El Ayuntamiento de Bilbao sigue potenciando su Plan Especial de Elementos Mecánicos y la gestión de estas instalaciones está encomendada a la sociedad municipal “Funicular de Artxanda, S.A.”.